ANTECEDENTES HISTORICOS
Desde el origen mismo de la
especie humana y debido a la necesidad innata de proveerse de alimentos y medios
de subsistencia, surge el trabajo y en consecuencia la existencia de accidentes
y enfermedades producto de la actividad laboral.
Los primeros vestigios de la
preocupación por el bienestar de los trabajadores en el medio laboral, los
encontramos en el año 400 A.C. cuando Hipocrates, conocido como le padre de la
medicina, realizo las primeras observaciones sobre enfermedades laborales de
que se tenga noticia. Otros científicos e investigadores en los siglos
posteriores efectuaron valiosos estudios relacionados con las condiciones de
trabajo, las características de los medios ambientes de trabajo y las
enfermedades que aquejaban a los trabajadores y sus familias
Aproximadamente 500 años más
tarde Plinio “El Viejo ”, un médico romano. Hizo referencia a los peligros
inherentes en el manejo del zinc y del azufre y propuso lo que pueden haber
sido el primer equipo de protección respiratoria, fabricado con vejigas de
animales, que se colocaban sobre la boca y nariz para impedir la inhalación de
polvos.
Fue en 1473 cuando Ulrich
Ellembog escribió su libro sobre las enfermedades relacionadas con el ambiente
de trabajo y como prevenirlos, he hizo renacer el interés de esta área
En 1556 fue publicado el
libro más completo en la descripción de los riesgos asociados con las
actividades de minería, su autor “Georgious Agrícola“, en el que se hacen
sugerencias para mejorar la ventilación en las minas y fabricar máscaras, que
protejan efectivamente a los mineros; se discuten ampliamente los accidentes en
las minas y sus causas; describe los defectos del “pie de trinchera “; el cual
es una enfermedad debida a la exposición de los pies por largo tiempo a la
humedad a las minas; también trata de silicosis; enfermedad producida en los
pulmones y causada por la inhalación de polvos de silicio o cuarzo.
Durante ese siglo el doctor
Paracelso, observo durante cinco años a los trabajadores de una planta de
fundición y publicó sus observaciones, este libro reforzó el interés en el
estudio sobre la toxicidad del mercurio y otros metales.
Fue hasta el siglo XVII
cuando Bernardino Ramazzini inició la práctica de lo que actualmente se conoce
como medicina del trabajo, al escribir de manera sistemática y ordenada las
enfermedades relacionadas con los diferentes oficios que se desarrollaban en
aquella época.
Ramazzini siempre pugnó
porque el ejercicio de la medicina del trabajo se llevara a cabo en los lugares
de trabajo y no en el consultorio médico.
Más tarde con el inicio de
la revolución industrial en Europa, los procesos y ambientes de trabajo se
transformaron radicalmente, la principal característica de este periodo fue el
inicio del uso de máquinas con el objetivo de aumentar la velocidad con que se
desarrollaba el trabajo y mediante este método, incrementar también la productividad
y las ganancias.
Desde luego estos cambios
repercutieron en la salud y bienestar de los trabajadores, en la mayoría de los
casos de manera negativa; los accidentes de trabajo incrementaron su incidencia
y aparecieron enfermedades profesionales hasta entonces desconocidas creadas
por los nuevos agentes agresores utilizados durante los procesos de trabajos.
A partir de esos años y a
causa de las causas múltiples propuestas y revueltas de los obreros contra
semejantes condiciones de trabajo, se fue formando una conciencia internacional
referente a la conveniencia de cuidar la salud de los trabajadores por dos
motivos fundamentales, el primero consiste en el derecho de todo ser humano
tiene de trabajar y vivir en el mejor nivel posible; y en segundo lugar por
factores económicos ya que es aceptable que la productividad está estrechamente
ligada a la salud de los trabajadores.
En los últimos treinta años,
la salud en los trabajadores y las medidas para la disminución de los
accidentes se ha desarrollado aceptablemente en la mayoría de los países
industrializados, sin que esto quiera decir que han resuelto todos sus
problemas al respecto, pero han avanzado de manera trascendente en aspectos
como la implantación del servicio de salud en el trabajo y en las empresas, la
formación de recursos humanos dedicados a esta área del conocimiento, la
promulgación de leyes y normas para regir de modo más justo el desempeño del
trabajo.
Ante este panorama,
adquieren mayor valor las acciones individuales, colectivas, institucionales,
nacionales o internacionales que se efectúan con un afán real de colaborar en
las mejoras de las condiciones de higiene y seguridad industrial.
Charles Trackrak escribió un
libro sobre riesgos en diversas industrias, pero la más importante fue la que
declaró “cada patrón es responsable de la salud y seguridad de sus
trabajadores”.
A fin siglo XVII y
principios del XIX en Inglaterra, el gobierno comenzó a preocuparse por las
condiciones laborales, esto a raíz de un incendio en Londonderry, Irlanda, en
un barrio de talleres de confección de ropa y el cual costo más de 600 vidas,
el parlamento ingles nombro una comisión investigadora, para evaluar la
seguridad e higiene en los centros de trabajo.
Las malas condiciones que
fueron encontradas, dieron como resultado que en 1833 se promulgara la “Ley
sobre las fábricas” esta era la primera vez que un gobierno mostraba un real
interés por la salud y seguridad de los trabajadores.
En 1970 se publica en E.U.A.
“La ley de seguridad e Higiene Ocupacional “cuyo objetivo es asegurar en lo
máximo posible que todo hombre y mujer que en esta nación trabaje en lugares
seguros y saludables, lo cual permitirá preservar nuestros cuerpos. Esta ley es
posiblemente el documento más importante que se ha emitido a favor de la
seguridad y la higiene, ya que cubre con sus reglamentos, requerimientos con
casi todas las ramas industriales, los cuales han sido tomados por muchos otros
países.
En México fue hasta la
década de los años treinta cuando surgieron las primeras dependencias
gubernamentales encargadas de vigilar las condiciones de trabajo existentes en
las industrias; La Secretaria de Salubridad y Asistencia, con su dirección de
Higiene Industrial, El Departamento del Distrito Federal, con su Dirección de
Trabajo, con su Oficina Medica del Trabajo.
El aspecto legislativo se
inició en 1931 con la promulgación de la “Ley Federal del Trabajo”, en la cual
se formularon las tablas de enfermedades profesionales y las valoraciones de
las incapacidades y se dio el primer paso sólido para obtener mejores y más
seguras condiciones de trabajo.
En 1978 se emitió el
Reglamento General de Higiene y Seguridad en el trabajo en el cual se dan los
lineamientos para proporcionar en áreas específicas un ambiente de trabajo
seguro y sano.
Como vemos, la seguridad e
higiene aunque lentamente, a través de los años ha logrado cimentarse como una
parte muy importante de cualquier empresa y es que principalmente se ha
reconocido y entendido su importancia y utilidad para el buen desempeño de las
operaciones, por las tres partes directamente involucradas: Trabajadores,
Empresarios y Gobierno
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